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¿Las becas son la solución?

El aumento de becas en México ha sido una estrategia clave del gobierno, pero ¿es suficiente para mejorar la calidad educativa en el país?

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Redacción  Polls MX

Redacción Polls MX

Publicada: feb 27 a las 16:42, 2025

Desde la administración federal pasada hemos escuchado del aumento de becas para estudiantes de varios niveles educativos.

El gobierno actual ha mantenido esta medida y ha anunciado que ampliará la cobertura de estos programas sociales. En esta ocasión revisamos cuántos recursos se han destinado a este programa, los resultados en educación que México ha obtenido y otros obstáculos estructurales para que la calidad educativa en nuestro país mejore.

Empecemos por el contexto de este programa social. El pasado 15 de febrero se anunció que la Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar ha entregado 14 millones de becas.

Para 2025 se destinaron 131 mil 926.53 millones de pesos para el programa de becas, que aumentó su presupuesto en comparación con el año pasado: los recursos para las becas de educación básica aumentaron más de 60% para 2025 y los destinados a las becas de educación media superior incrementaron 17%.

Sin embargo, el desempeño del país en evaluaciones como PISA, donde ocupa el lugar 51 de 81, sugiere que el problema es más profundo y requiere más que apoyo económico a los estudiantes.

El panorama educativo en México muestra desafíos estructurales que no pueden resolverse únicamente con becas.

Aunque la cobertura en educación básica es alta, pues al cierre de 2024 se estima que hay aproximadamente 38.2 millones de estudiantes entre cero y 18 años (30.4% de la población total), la transición a niveles superiores es precaria: de cada 100 estudiantes que ingresan a la educación básica, sólo 18 logran concluir la universidad.

Además, la proporción de estudiantes por cada profesor en el nivel básico es de casi 20 alumnos por cada profesor, lo que seguramente afecta la calidad de la educación que las y los estudiantes reciben.

A lo anterior se suman los cambios drásticos que la pandemia de COVID-19 causó en el ámbito educativo. 5.2 millones de jóvenes no se inscribieron en el ciclo escolar 2020-2021 por falta de recursos o dificultades de acceso a la educación a distancia.

La falta de conectividad y equipamiento tecnológico sigue siendo un obstáculo significativo para la equidad educativa en el país.

Antes de la pandemia, seis de cada 10 escuelas en el país no estaban conectadas a Internet y más de 70% no tenía un taller de cómputo.

Como consecuencia, después de la pandemia la mitad de los estudiantes no comprende lo que lee a los 15 años y dos de cada tres no pueden realizar operaciones matemáticas simples.

La infraestructura escolar también representa un problema crítico. Miles de planteles carecen de servicios básicos como electricidad, agua potable y sanitarios, lo que impacta directamente en la calidad del aprendizaje.

A esto hay que agregar la limitada conectividad a internet en las escuelas de educación básica, que apenas alcanza 37.7%, y la falta de acceso a dispositivos tecnológicos en los hogares, especialmente en comunidades marginadas y zonas rurales.

Estos factores ponen en evidencia que el rezago educativo no puede resolverse únicamente con apoyo financiero, se requieren inversiones en infraestructura y tecnología.

Más allá de las deficiencias materiales, el rezago educativo también está ligado a barreras estructurales como la falta de capacitación docente en herramientas digitales (sólo 30% de los maestros ha recibido formación en herramientas digitales), la escasa inclusión de estudiantes con discapacidad en los contenidos educativos y la desigualdad socioeconómica que limita el acceso a oportunidades.

La eliminación del examen COMIPEMS plantea dudas sobre su impacto real en la reducción de la brecha educativa, si no se acompaña de estrategias que fortalezcan la calidad y equidad en el acceso a la educación.

Es innegable que el aumento en la cobertura de las becas representa un esfuerzo por apoyar a los estudiantes; sin embargo, como observamos antes, esta medida no necesariamente atiende las causas del rezago educativo en México.

Problemas estructurales, como la precariedad en la infraestructura escolar, falta de conectividad, insuficiente capacitación docente y desigualdades socioeconómicas, siguen limitando el acceso y la calidad de la educación.

Para que las becas tengan un impacto real, deben formar parte de una estrategia integral que priorice la inversión en tecnología, la modernización de los planteles y la equidad en el aprendizaje.

Si no se hacen estas inversiones, se corre el riesgo de perpetuar un sistema en el que el apoyo económico no se traduce en una mejora sustantiva de la calidad de vida de las y los estudiantes de México, que no reciben la preparación necesaria para enfrentar un mundo cada vez más competitivo que demanda más y mejores habilidades profesionales.

¿Para resolver el rezago educativo son las becas la solución?

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