
Foto: Cuartoscuro
El Tren Maya, Dos Bocas y el AIFA tuvieron un costo final millonario, similar al PIB generado por un estado como Querétaro.
Los megaproyectos impulsados por el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, que buscaban transformar la infraestructura del país y fomentar el desarrollo, han sido objeto de controversia debido a sobrecostos millonarios en obras emblemáticas como el Tren Maya, Dos Bocas y el AIFA.
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Una investigación de México Evalúa mostró un patrón de gastos que exceden los presupuestos iniciales, lo que generó críticas a la planificación y la transparencia en la ejecución de los megaproyectos de AMLO.
El Tren Maya fue concebido como un motor para el turismo y el desarrollo en la región sureste del país, sin embargo, registró un aumento presupuestal muy importante, superior al que había prometido el gobierno de López Obrador.
Inicialmente se estimó un gasto de 156 mil millones de pesos en la construcción, equivalentes a 197 mil millones de pesos constantes de 2024, una cifra que considera los efectos de la inflación.
No obstante, se registró un precio final que se disparó a 544 mil millones de pesos, que representa un sobrecosto de 347 mil millones de pesos, es decir un 176%.
Este aumento ha generado críticas y preocupaciones sobre la viabilidad financiera del proyecto y su capacidad para cumplir con los objetivos del gobierno de la 4T.
La refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, tuvo el objetivo de impulsar la soberanía energética y reducir la dependencia de las importaciones de combustibles, que era el plan energético de López Obrador.
La construcción de la refinería Dos Bocas en Tabasco tuvo un presupuesto inicial de 211 mil millones de pesos, que después aumentó a 399 mil millones de pesos, según información de la prensa, citada por México Evalúa.
Esto significó finalmente un sobreejercicio de 187 mil millones de pesos para la construcción de la refinería Olmeca, que significa un sobrecosto de 88%.
Los retrasos en la construcción, los cambios en el diseño y los aumentos en los precios de los materiales han contribuido a este incremento, generando dudas en la oposición sobre la eficiencia y la rentabilidad de la refinería.
La construcción del AIFA en la base militar de Santa Lucía fue una respuesta a la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), que impuso López Obrador en su primer año de gobierno.
La obra estuvo a cargo de ingenieros de la Secretaría de la Defensa Nacional, que finalmente tuvo un costo menor al estimado inicialmente.
El precio de construcción del AIFA fue menor al estimado inicialmente, que fue de 96 mil millones de pesos, alcanzando un ejercicio final de 89 mil millones de pesos, es decir 7 mil millones de pesos menos.
No obstante, la cancelación del NAICM y los gastos asociados elevaron el gasto total a 235 mil millones de pesos, es decir un sobrecosto de 139 mil millones, lo que equivale a un 145%.
El costo total de los tres proyectos impulsados por Andrés Manuel López Obrador fue de 1 mil 178 millones de pesos.
Es decir, un sobreejercicio conjunto de 674 mil millones de pesos, es una cifra que supera el Producto Interno Bruto (PIB) anual de varios estados de México.
Es ligeramente mayor al PIB anual del estado de Querétaro que es de 614 mil millones de pesos, y duplica el generado por Chiapas, ubicado en 380 mil millones de pesos.
Los sobrecostos de estos megaproyectos de López Obrador fueron desestimados por el expresidente. Durante su administración, reconoció que obras como la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, habían costado más de lo estimado, pero dijo que esto se debió a errores de cálculo en los presupuestos.
“Es una obra importantísima, que está costando lo justo y diría menos si la hubiesen hecho, aunque eso tiene que ver más con un milagro, los gobiernos neoliberales”, señaló AMLO sobre el caso del Tren Maya.