
Foto: Cuartoscuro
De acuerdo con una encuesta de México Elige, el secretario de Seguridad es el mejor evaluado.
El primer año del gobierno de Claudia Sheinbaum ha estado marcado por retos en materia de seguridad, economía y gobernabilidad.
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La mandataria ha puesto en marcha una estrategia que busca atender estas problemáticas, y el papel de su gabinete ha sido clave para mitigar los efectos y sostener la narrativa de transformación.
La ciudadanía ha evaluado este desempeño a través de la encuesta nacional de México Elige, que mide la calificación de los titulares de los principales cargos públicos del país.
Los resultados permiten ver qué funcionarios gozan de mayor confianza y cuáles enfrentan mayores cuestionamientos.
De acuerdo con el estudio, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, es el funcionario mejor calificado del gobierno de Claudia Sheinbaum.
Con 49.3 puntos, se consolida como la figura más respaldada de la administración federal.
El caso de Harfuch es revelador: su buena calificación confirma que la seguridad sigue siendo la principal demanda ciudadana y que su figura proyecta confianza tras su paso por la policía capitalina.
Su gestión se percibe como una continuidad de mano firme contra la violencia, algo que genera respaldo incluso más allá de los simpatizantes de Morena.
En contraste, los otros nombres muestran una valoración más vinculada al perfil técnico y diplomático.
Ebrard logra mantenerse en el radar gracias a su experiencia internacional y económica; De la Fuente obtiene reconocimiento por su papel en política exterior, mientras que la inclusión de Morales (Marina) y Bolaños (Trabajo) sugiere que el electorado premia áreas con menor exposición mediática, pero estratégicas para la estabilidad laboral y la disciplina institucional.
Junto con Harfuch, los mejores evaluados del gabinete son:
En contraste, la encuesta también revela a los funcionarios con menor aprobación dentro del gobierno federal, entre los que destacan Raquel Buenrostro, con 25.2 puntos, Julio Berdegué (Secretaría de Agricultura), con 28.7 puntos y Edna Elena Vega (Secretaría de Desarrollo Agrario), con 28.4 puntos.
Además de los mejores y peores evaluados, la encuesta de México Elige también muestra la posición de otros personajes relevantes de la política nacional:
La baja calificación de Adán Augusto López refleja no solo un desgaste político, sino también el peso de las polémicas que lo rodean.
El senador arrastra cuestionamientos por sus vínculos con Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad de Tabasco señalado como presunto líder de la organización criminal “La Barredora”.
A esto se suman las críticas por su patrimonio millonario, con propiedades y bienes que contrastan con el discurso de austeridad de la Cuarta Transformación.
En el caso de Hugo Aguilar Ortiz, presidente de la SCJN, su calificación se inscribe en la polémica elección de la llamada “Corte de los acordeones”, criticada por sectores opositores como una muestra de la creciente alineación del Poder Judicial con el oficialismo.
Alejandro Gertz Manero sigue siendo uno de los perfiles más cuestionados: la falta de resultados en casos de alto impacto y las acusaciones de uso político de la Fiscalía lo mantienen en la parte baja del ranking.
Finalmente, la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, es cuestionada por la incertidumbre sobre la autonomía del organismo.
Su cercanía con Morena y las decisiones tomadas en temas de fiscalización y organización electoral han generado desconfianza, justo en la antesala de procesos clave como las elecciones de 2027 y 2030.
El ejercicio de México Elige refleja que la ciudadanía distingue entre los perfiles de mayor y menor desempeño dentro del gobierno.
Mientras Harfuch y Ebrard se consolidan como los rostros más fuertes de la administración federal, otros nombres como Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Alejandro Gertz Manero y Guadalupe Taddei aparecen marcados por la desconfianza y las polémicas.
Este contraste perfila un gabinete con claros ganadores y perdedores en la opinión pública: por un lado, los funcionarios que logran consolidar respaldo con base en resultados y visibilidad; por el otro, quienes cargan con el peso de escándalos, divisiones internas o falta de confianza institucional.
En un año marcado por la necesidad de resultados inmediatos, la encuesta funciona como un termómetro político del respaldo ciudadano y un anticipo de los desafíos que Sheinbaum y su equipo tendrán que enfrentar en el corto plazo.